El tiroteo en la agencia del Old National Bank del centro de Louisville (Kentucky) fue transmitido en vivo, a través de Instagram y, posiblemente, otras redes sociales.
Las primeras versiones oficiales han señalado que ese asunto se encuentra bajo investigaciones; sin embargo, la jefa del Departamento de Policía de la ciudad (LMPD), Jacquelyn Gwinn-Villaroel, confirmó que se hacía todo lo posible para que las imágenes o los videos fueran retirados de la red lo más pronto posible.
En su intervención durante una rueda de prensa junto a las principales autoridades locales, proporcionó ayer por la tarde los datos básicos del atacante. Se trataba de Connor Sturgeon, un hombre de 25 años que había sido empleado en esa institución financiera y que usó un rifle.
Luego, Gwinn-Villaroel informó que Sturgeon era empleado actual del banco.

A la par, un operativo especial se desplegó en el vecindario del joven, al sur de Louisville, con el fin de recabar información que permita esclarecer las motivaciones de la masacre.
El tiroteo, ocurrido alrededor de las 08:30, poco antes de abrir la agencia, había dejado un saldo inicial de cinco personas muertas (incluido el atacante, que fue abatido por los uniformados) y seis heridas (entre las cuales estaban dos uniformados), que fueron trasladadas al hospital de la Universidad de Louisville, según el reporte preliminar del LMPD.

Las víctimas letales eran ejecutivos del banco que habían llegado para un día de trabajo regular: Thomas Elliot, 63 años, vicepresidente; Joshua Barrick, 40, vicepresidente de operaciones inmobiliarias; Juliana Farmer, 57, ejecutiva del área comercial; y James Tutt, 64, ejecutivo de mercados.
Horas más tarde, la Policía confirmó la muerte de Deana Eckert, 57, ejecutiva administrativa.
Gwinn-Villaroel precisó, además, que eran nueve los heridos confirmados, de los cuales tres habían sido dados de alta, tres estaban estables, con cuidados médicos, y tres en estado crítico.
En total, al final del lunes 10 de abril, el balance era de seis muertos y nueve hospitalizados.
Un empleado que abre fuego
Tras conocerse el nombre del hombre abrió fuego en la sucursal del banco, las investigaciones dieron pistas sobre sus datos básicos.
Sturgeon estudió en la Universidad de Alabama y luego de varias pasantías en el Old National Bank había sido contratado como empleado fijo el año pasado.
Aunque, oficialmente, no hay aún detalles sobre posibles motivaciones para la masacre ni se conocen antecedentes confirmados Sturgeon, la cadena CNN publicó que, según sus fuentes, este habría dejado un mensaje a sus familiares y amigos, advirtiendo que iba a ser despedido y que dispararía en el banco como respuesta.
Esta versión, no obstante, no fue suscrita ni negada por Gwinn-Villaroel, quien, en rueda de prensa, reiteró que ese tipo de información aún está siendo procesada por los investigadores.
El alcance de la noticia colocó al nombre de Connor Sturgeon como el blanco de un sinfín de publicaciones en redes sociales, donde aparecieron fotos de sus momentos como estudiante, con su familia y amigos.
Consternación por las víctimas
La jefa de la Policía expresó su consternación por las víctimas e hizo una mención especial sobre el estado del oficial Nickolas Wilt, de 26 años, quien recibió un disparo en la cabeza y se encontraba hasta la noche de ayer en estado crítico.

El alcalde de Louisville, Craig Greenberg, indicó que horas después, a pocas cuadras del Old National Bank donde ocurrió la tragedia, se produjo otro tiroteo, cerca del Jefferson Community and Technical College JCTC, en el que un hombre fue asesinado y los sospechosos huyeron.
“Parecería que estos hechos no están relacionados, pero se perdieron vidas”, lamentó.
El gobernador del estado de Kentucky, Andy Beshear, visiblemente afectado, condenó la masacre y destacó la labor de la Policía, pues llegó tres minutos después de recibir la alerta, cuando incluso aún había disparos en la agencia del banco, lo que evitó más muertes.
Tanto Greenberg como Beshear dijeron sentirse profundamente dolidos por la muerte de Thomas Elliot, el vicepresidente del banco, pues lo consideraban un amigo personal.
Las autoridades agradecieron la labor de la Policía.
El jefe del equipo de médicos encargados de atender a los heridos en el hospital de la Universidad de Louisville, Jason Smith, explicó el estado de las nueve personas que fueron trasladadas al centro de salud y abogó por la unidad de la comunidad para enfrentar la violencia armada.
Políticos, activistas y líderes de opinión rechazaron la violencia y encendieron nuevamente el debate sobre los límites para la adquisición, comercialización y uso de armas de fuego en el país.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, escribió en su cuenta de Twitter: “Una vez más nuestra nación está de luto después de un acto sin sentido de violencia armada. Jill y yo rezamos por las vidas perdidas y afectadas por el tiroteo de hoy / Muchos estadounidenses están pagando el precio de la inacción con sus vidas / ¿Cuándo actuarán los republicanos en el Congreso para proteger a nuestras comunidades?”.
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